
Entre los principales factores mencionados, se destacó la preocupación por la pérdida sostenida del poder adquisitivo de los salarios —fuente principal de financiamiento de las obras sociales— y el incremento exponencial de los costos de salud, que incluye no sólo prestaciones y medicamentos, sino también insumos en general, con aumentos que superan ampliamente los ingresos disponibles para hacerles frente.